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Informe balotaje Uruguay
Pablo Rodríguez Masena es politólogo y docente. Licenciado en Ciencia Política (UBA), cuenta con formación de posgrado en Opinión Pública (UNSAM) y una maestría en Gestión de Programas Sociales (FLACSO).
Con 57 años, el ex intendente de Canelones, Yamandú ORSI del Frente Amplio se convirtió en el noveno presidente del Uruguay desde la recuperación de la democracia hace 40 años, el 43° constitucional, la tercera de una fuerza de izquierda y gobernará entre el 1° de marzo de 2025 hasta el 1° de marzo de 2030.
Hijo de un trabajador rural y una costurera. Profesor de Historia en colegios secundarios del interior por veinte años. Vive en una pequeña localidad costera, Salinas y manda a sus hijos a la escuela pública.
Militante del Movimiento de Participación Popular (el espacio de Pepe Mujica) desde su fundación en los años 90, en 2004 integró su lista de diputados. En 2005 fue primer suplente del intendente de Canelones, Marcos Carámbula quien lo designó Secretario General, cargo que mantuvo durante sus dos mandatos y en 2015 gana la intendencia siendo luego reelecto, como candidato único del FA.
Sin reelección y ya sin dirigentes históricos del FA, su candidatura presidencial era lógica, más cuando Pepe Mujica y el MPP lo impulsaron. El Congreso del FA lo proclama uno de los cuatro precandidatos para las internas, en donde con casi el 60% de los votos le ganó la candidatura a Carolina Cosse, a quien luego le pidió que sea su candidata a vicepresidenta.
Fuente: elaboración propia sobre datos publicados por la Corte Electoral del Uruguay
El candidato de la coalición de izquierda obtiene la victoria con el 49,77% de los votos emitidos, sacándole 3,83% de diferencia a Alvaro DELGADO el candidato de la oficialista “Coalición Republicana”, lo que equivale a 93.296 votos.
Fue una victoria con un margen mayor al previsto ya que si bien la diferencia fue ajustada, se esperaba que se repitiera un escenario como el de 2019 cuando la distancia entre Lacalle Pou y Martínez (el candidato del FA) había sido de 1,52%.
Igualmente, su triunfo no fue sorpresa ya que todas las encuestas lo ubicaban primero y sólo dos de ellas pronosticaron una diferencia cercana a los 4 puntos.
Hubo 104.196 votos en blanco y anulados (4,27% del voto emitido), 15.458 menos que en la elección general, pero 12.979 más en comparación al ballotage de 2019 (3,75%).
Fuente: elaboración propia sobre datos publicados por la Corte Electoral del Uruguay
La participación fue del 89,35% levemente inferior a octubre (-0,26%), lo que significó 7.021 votos menos. Sólo en 1999 votó más gente en el ballotage que en la primera vuelta.
Este nivel de participación es alto, aún en elecciones obligatorias y con altas penalidades. Además, hay un porcentaje alto de no votantes que residen en el exterior y están todavía habilitados como electores y como no hay voto consular (una demanda pendiente) no viajaron a votar (se estima en 10.000 electores que viajaron para votar).
Fuente: elaboración propia sobre datos publicados por la Corte Electoral del Uruguay
Fuente: elaboración propia sobre datos publicados por la Corte Electoral del Uruguay
Sucedió lo que en los ballotages anteriores: la sumatoria de los votos de los partidos de la coalición en la primera vuelta fue mayor que el voto a su candidato en el ballotage, o sea su candidato NO RETIENE la totalidad del voto, perdiendo en promedio 11%, mientras que el candidato del FA siempre mejora sus votos en el ballotage, en promedio 13,3%. Delgado pierde 30.648 votos sobre la suma de los partidos de la Coalición, igualmente es la menor pérdida comparativa y Orsi consigue 141.007 más.
Fuente: elaboración propia sobre datos publicados por la Corte Electoral del Uruguay
Orsi ganó en cinco de los diecinueve departamentos. No sólo ganó en Montevideo y Canelones (como en 2019), sino también en Paysandú, Salto (litoral) y San José (limítrofe con Montevideo) y se basó en victorias contundentes en los dos distritos con más electores: en Montevideo 56,11%, 148.375 votos de diferencia, mayor distancia de la que le saca en el resto del país y en Canelones 53,92%, con una diferencia de 47.831.
Delgado donde mayor porcentaje de votos sacó fue en Rivera (60,64%), Flores (59,10%), Lavalleja (57,07%) y Maldonado (55,64%).
Respecto al ballotage del 2019 cuando el FA pierde:
- ORSI saca 60.562 votos más (2,41% más), pasa de ganar en dos departamentos a ganar en cinco y en todos los departamentos mejora su elección, en votos y en porcentaje respecto a 2019. En Artigas sacó 6,26% de votos más, Durazno 5,41%, Tacuarembó 5,33%, Río Negro 5,27%, Rivera 5,14%.
- DELGADO saca 69.776 menos que Lacalle, (2,93% menos), y salvo en Maldonado (2.705 votos más), en todos los departamentos pierde votos. Porcentualmente, perdió en: Artigas, 7,19%, Tacuarembó 6,45%, Treinta y Tres 6,41%, Rivera el 6,09%, Lavalleja 60,6.
Cuestiones que deja la elección:
- Otra derrota oficialista como en Argentina 2023, Brasil 2022, Bolivia 2020, Chile 2021 Colombia 2022, EEUU 2024,
- La alternancia como norma: Solo la izquierda logró retener tres veces consecutivas el gobierno, el partido Colorado dos y los Blancos nunca. En cinco de nueve elecciones hubo alternancia.
- A través de proyecciones de escrutinio, los medios de comunicación adelantaron los resultados luego confirmados oficialmente.
- Los competidores transmiten tranquilidad, estabilidad, concordia, reconocimiento de los resultados y promesas de colaboración.
- Un Congreso favorable al FA con dos desafíos: que la unidad del bloque no se entienda como hegemonía emepepista (no parece difícil de cumplir) y sumar los dos votos que faltan para la mayoría absoluta en diputados. Debe lograr que los partidos opositores no actúen como coalición y buscar aliados en cada sector, incluso en los blancos. Las características de Orsi (perfil negociador y dialogador) lo hacen viable.
- Comenzó una transición ordenada Lacalle Pou invitó a Orsi a ser parte de la Cumbre del Mercosur.
- El rol futuro de Lacalle Pou: es una incógnita si asumirá su banca de senador que obtuvo como candidato de todas las listas del sublema mayoritario del PN. Con una imagen positiva del 50% pierde en su interna y no pudo transmitirle esa aceptación a su candidato. ¿Perdió el gobierno o el candidato?, Lacalle se piensa como jefe de la futura oposición dentro o fuera del parlamento y desde allí construir su candidatura presidencial en 2029 ¿lo dejarán?
- Cuestionamientos Blancos, ¿se mileisará?: Algunos dicen que perdieron por no hacer una campaña de enfrentamiento puro y duro contra el FA, por no defender fuertemente la gestión y por decisiones propias del candidato como elegir a su candidata a vicepresidenta. ¿Cómo se posicionarán las espadas legislativas blancas, que desde las redes sus enfrentamientos les dio la centralidad necesaria para ser figuras importantes del partido? Ahora en la oposición ser frontales e intransigentes, con Milei como espejo cercano, puede resultarles atractivo y el rechazo y la alteridad su posibilidad de construcción. ¿Cuestionarán el liderazgo de Lacalle?
- Los dilemas de la coalición: ¿qué harán los demás integrantes de la coalición respecto a la cuestión de la jefatura del liderazgo opositor?, ¿tiene sentido para todos los socios la continuidad misma de la coalición?, ¿es Lacalle indiscutible?, ¿cómo relacionarse con el FA, cooperación crítica o una oposición extremista e intransigente?
- ¿Seguirá existiendo la Coalición? ¿A los otros partidos no les conviene dejar de ser furgones de cola de la estrategia del PN y ser opción para el futuro? El escenario está abierto si se lo proponen, Salvo al Partido Nacional a ninguno de los otros socios de la Coalición le sirve mantenerla tal como está y habrá que esperar hasta la definición de las candidaturas a las intendencias para ver si la coalición subsiste.
- ¿Y si la Coalición intenta formalizarse como Lema como hizo el FA en 1971? Hoy hay una generación que tiene una identidad coalicionista y que eso no le resultaría extraño ¿se atreverán como lo hicieron disputar las intendencias de Montevideo, Canelones y Salto, casualmente donde gobierna el FA y que sin ballotage de presentarse divididos no tienen chances?
- Trasvasamiento definitivo. Ya no quedan líderes fundadores del FA, por lo que empieza un nuevo Frente Amplio, con Yamandú ORSI, Alejandro Sánchez, Oscar Andrade, Mario Bergara, Blanca Rodríguez como emergentes.
- Los primeros pasos del presidente electo: llevó a sus hijos a la escuela pública y se reunió con Pepe Mujica, su mentor. Luego con Lacalle para iniciar la transición, viajó a Brasilia para encontrarse con Lula y para contener la ola de rumores adelantó nombres de funcionarios: Alejandro Sánchez secretario de la Presidencia, Gabriel Oddone ministro de Economía, Jorge DIAZ prosecretario de Presidencia y que a mediados de diciembre dará a conocer el gabinete completo equilibrado con la bancada parlamentaria donde se especula con una integración paritaria. También se reunió con dirigentes de Cabildo Abierto y con dirigentes del Partido Colorado.
- El programa del FA por sobre todo: El FA, hace un culto de la manera como elabora participativamente y desde las bases su programa de gobierno y lo defiende. No es lógico suponer que el nuevo presidente no respetará los acuerdos y lineamientos que de allí se desprenden. Su particularidad estará en la dinámica de la gestión y en la lógica de la negociación política y será clave ver para ello como conforma los elencos gubernamentales, que en algún momento representaron una cuotificación política por sector y que ahora parece inclinarse por el lado de la especialidad técnico política de quienes ocupen los cargos con cierta libertad para elegir a los equipos. Habrá que ver si en contexto de demandas múltiples y sofisticadas, el gobierno tendrá en el programa el paraguas que le permita contener la frustración si los cambios esperados no se producen. También habrá que ver como resuelven el dilema que fue fatal en la última gestión del FA: que el gobierno no le quite dinamismo a la fuerza política al punto de cortar los lazos con la sociedad, los movimientos sociales y colectivos que son la razón de ser del mismísimo Frente Amplio.
