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Informe Post-Electoral CABA
RESULTADOS Y COMPOSICIÓN LEGISLATIVA
- Lo que prometía ser una elección de tercios quedó opacado por una (exitosa) estrategia de nacionalización por parte del oficialismo nacional, que catapultó a la victoria al actual vocero presidencial, Manuel Adorni, quien logró polarizar con Leandro Santoro, ubicado en segundo lugar.
- La elección legislativa dejó un triunfo claro para el oficialismo: los libertarios obtuvieron el 30,13% de los votos, el peronismo alcanzó el 27,35%, y el PRO quedó relegado con un escaso 15,92%, posicionándose como el gran perdedor de la jornada. Más atrás se ubicaron Horacio Rodríguez Larreta (8,08%) y el FIT (3,16%).
- De las 30 bancas que se pusieron en juego este domingo, la nueva distribución quedó de la siguiente manera: 11 bancas para La Libertad Avanza (LLA), 10 para Es Ahora Buenos Aires (peronismo), 5 para el PRO, 3 para Volvamos Buenos Aires (espacio referenciado en Rodríguez Larreta), y 1 para el FIT.
- Esto cambia la composición de la Legislatura porteña ya que, a partir de la renovación de estas 30 bancas, el peronismo quedaría como primera minoría con 20 bancas (incorporando dos nuevas), seguido por LLA con 13 (ganando 5 bancas), el PRO con 10 (sumando 3 orgánicas tras las fugas legislativas previas), 3 del larretismo (que conserva su bloque) y 1 del FIT (que pierde un legislador).
- ¿Entonces quiénes ganan y quiénes pierden legislativamente?
En primer lugar, los libertarios suman 9 bancas, el peronismo 2, mientras que la UCR pierde 3 bancas, la Coalición Cívica 2, el FIT 1 y la UCEDÉ (representada por Ramiro Marra) pierde la única banca que tenía tras su salida de LLA. - Así, el peronismo se impone como primera minoría con 20 legisladores. Lo siguen LLA con 13, el PRO con 10, el larretismo con 5, la UCR también con 5, el FIT con 2 y la Coalición Cívica con 1.
- Un escenario fragmentado:
Ningún bloque logra por sí solo el quórum requerido de 31 legisladores. Incluso una eventual alianza entre el PRO y LLA necesitaría del acompañamiento de terceras fuerzas para poder avanzar en proyectos clave.
NORTE VS SUR

- La verdadera polarización se dio entre el peronismo y el sector libertario, que fueron quienes disputaron comuna por comuna el territorio de la CABA. En consonancia con la derrota, el PRO no logró ser mayoría en ninguna de las 15 comunas porteñas —ni siquiera en sus históricos bastiones.
- Dos casos destacados fueron los de Palermo (Comuna 14) y Recoleta (Comuna 2), históricamente bastiones del PRO. En ambas comunas, La Libertad Avanza no solo se impuso electoralmente, sino que también logró sus mayores crecimientos respecto a las elecciones de 2023. En Recoleta, la fuerza libertaria creció 26,4 puntos porcentuales, y en Palermo, 24,3 puntos, muy por encima del promedio general de la CABA, que fue de 17 puntos.
- El mapa se tiñó de dos colores, casi como un espejo norte-sur: el sur de la Ciudad quedó en manos de Santoro, mientras que el norte fue ganado por Adorni. El centro se distribuyó entre ambas fuerzas.
AUSENTISMO ELECTORAL
- La tendencia que se venía registrando en el interior del país se replicó en la Ciudad de Buenos Aires: con un 46% de ausentismo, se alcanzó el nivel de participación más bajo registrado.
- En comparación con las elecciones anteriores, hubo un 23% menos de participación. Este domingo 18 de mayo, votó un porcentaje menor incluso que en los comicios posteriores a la crisis del 2001.
- ¿Se explica desde los desencantados? Solo el 1,9% de los electores optó por el voto en blanco. El ausentismo no necesariamente refleja una crisis de representación, sino más bien un alto nivel de desinformación y desinterés.
- En las semanas previas a la elección, según un relevamiento propio, había una alta proporción de porteños habilitados para votar que conocían la fecha de los comicios, pero no sabían exactamente qué se votaba.
DECISIÓN DEL VOTO
- En un relevamiento realizado por Vozna a más de 1.800 porteños durante la semana previa a las elecciones, el 41,5% de los encuestados aún no tenía decidido su voto.
- Como mencionamos anteriormente, el PRO sufrió un duro golpe, considerando que en 2023 había alcanzado un 49,7% de los votos legislativos. ¿Qué explica esta caída?
- Según el mismo relevamiento, el 64% de los encuestados rechazaba la gestión de Jorge Macri al frente del Ejecutivo porteño. A su vez, el 49% evaluaba negativamente la gestión nacional de Javier Milei, aunque este último conservaba aún un 45% de aprobación.
- Los malos números del Ejecutivo de la Ciudad favorecieron una transferencia automática del electorado del PRO hacia los libertario.
ALGUNAS CONCLUSIONES
- La elección porteña dejó una nueva composición en la Legislatura.
El oficialismo nacional logró imponerse en la Ciudad de Buenos Aires, pero sin dudas la gran vencedora fue la abstención electoral: con un 46% de ausentismo, se trató de la participación más baja desde el regreso de la democracia. - El PRO fue el gran perdedor, rompiendo la tendencia observada en otras provincias donde los oficialismos locales lograban retener poder (como en Santa Fe, Jujuy, Salta, Chaco o San Luis). Esta vez, ni el aparato territorial ni la gestión porteña lograron sostener el caudal de votos: el PRO cayó al tercer lugar, muy por debajo de los candidatos libertarios y peronistas, y perdió más del 33% de sus votantes respecto a las legislativas de 2023.
- Si hubo algo que se replicó del resto del país, fue la tendencia creciente al ausentismo, impulsada por altos niveles de desinformación, apatía y desconexión con la política por parte de amplios sectores del electorado.
- En este escenario, la reconfiguración del tablero político porteño deja un escenario más fragmentado, con un oficialismo nacional fortalecido, un peronismo que se consolida como primera minoría en la Legislatura y un PRO en franco retroceso.
- El desafío hacia adelante será doble: por un lado, reconstruir el vínculo entre la política y una ciudadanía cada vez más distante; por otro, reconfigurar estrategias partidarias en un escenario fragmentado, donde ninguna fuerza tiene mayoría propia y los acuerdos serán imprescindibles para garantizar gobernabilidad y sostener agenda. La elección en CABA dejó un mensaje claro: el mapa político cambió y la apatía ciudadana ya es un actor central del sistema.
