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Sobre la infancia en Argentina: entre las estadísticas y la acción
Por Gabriel Zeballos – Sociólogo y Docente UNAJ
La especial condición de la infancia nos revela cómo un sujeto colectivo — que engloba miles de facetas y no puede definirse con una sola visión, en tanto no existe UNA infancia — sigue siendo una etapa de extrema vulnerabilidad ante el mundo adulto. Este sujeto, al que la opinión colectiva ofrece una mirada considerada y “generosa”, nos enfrenta a una realidad crítica. La infancia nos importa, y el estado crítico que atraviesan muchos de nuestros niños, niñas y adolescentes (NNA) no puede dejarnos indiferentes.
Si aceptamos la hipótesis de que «para abordar de manera efectiva los desafíos que enfrentan los niños, niñas y adolescentes, es necesario implementar políticas concretas y programas de intervención que vayan más allá de la mera recopilación de datos estadísticos», se plantea una cuestión crucial: ¿qué se hace con las estadísticas?
Esta hipótesis, aunque pueda resultar incómoda para aquellos que dedican su labor a medir las condiciones de vida de la infancia, no busca desmerecer la importancia de los datos ni el trabajo realizado. Sin embargo, la pregunta urgente que debemos plantearnos es: ¿qué hacemos con estas estadísticas? ¿Qué lugar ocupa ‘el problema de la infancia’ en la agenda gubernamental? La preocupación por su bienestar debe traducirse en acciones directas que mejoren sus condiciones de vida
Si realmente nos preocupan las infancias, no podemos ignorar los números que reflejan la dura realidad de millones de niños, niñas y adolescentes que están pasando por situaciones críticas en este mismo momento. La falta de alimentos es solo uno de los indicadores que demuestran que estamos permitiendo que se avasallen los derechos fundamentales de los más vulnerables. Estos números nos colocan en una posición incómoda, pues revelan una preocupante carencia de respuestas efectivas a las necesidades urgentes de la infancia.
Al hablar de ‘números’, entendemos que estos provienen de herramientas científicas que nos permiten describir la realidad con un alto grado de veracidad. A continuación, se presentan algunos datos relevantes recopilados por UNICEF.
Breve Análisis sobre la Situación de la Infancia en Argentina
- Pobreza: Según datos de UNICEF de 2024, aproximadamente el 56% de los niños, niñas y adolescentes en Argentina viven en hogares que están por debajo de la línea de pobreza.
- Nutrición y Salud: El 17% de los niños menores de 5 años sufre de malnutrición crónica, una condición que puede tener efectos duraderos en su desarrollo físico y cognitivo.
- Educación: A pesar de que el 99% de los niños en edad escolar están matriculados, casi el 25% de los adolescentes abandona la escuela antes de completar el nivel secundario.
- Acceso a Servicios Básicos: El 22% de los hogares con niños y adolescentes carecen de acceso regular a agua potable y saneamiento básico.
- Protección Social: Solamente el 45% de los niños y adolescentes reciben algún tipo de apoyo o protección social, a pesar de que los programas existen y están destinados a ellos.
Estos datos representan solo la punta del iceberg, ofreciendo una visión parcial de lo que realmente está ocurriendo. Aunque los índices son confiables y generalmente aceptados, es importante destacar que el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA – UCA) introduce un análisis más amplio al no centrarse exclusivamente en el ingreso. Según el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, se ha avanzado en la medición de la pobreza multidimensional, poniendo el foco en aspectos básicos como indicadores de desarrollo humano1.
Se podría decir que el consenso social respecto a esta situación es total, no podemos negar la situación crítica de las infancias en Argentina. Falta comida en la mesa de los pibes (sin mencionar que debe ser de calidad, variada, etc), faltan obras de infraestructura para el cuidado, faltan abordajes sobre la violencia hacia niños, niñas y adolescentes, sobre el trabajo infantil, …y tantas otras.
Si contrastamos estos datos alarmantes con la legislación vigente en materia de derechos de niños, niñas y adolescentes, encontramos ciertos ‘hitos’ que constituyen la columna vertebral del paradigma de la promoción y protección de los derechos de los NNA:
a) La incorporación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) a la Constitución Nacional en 1994.
b) La sanción de la Ley 26.061 de Promoción y Protección Integral de los Derechos de los NNA en 2005.
c) La promulgación de leyes jurisdiccionales de promoción y protección de los derechos de los NNA. (Ley N° 13.298 Prov. de Buenos Aires 2004, Ley N° 114 Caba, 1998)
d) La implementación de la figura del Defensor de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en 2019.
Hablando sólo de leyes encontramos que más allá de los matices normativos que puedan existir, el espíritu de las diferentes normas es claro: la salvaguarda de los derechos de los pibes, desde el acceso al Alimento, a recibir afecto, instrucción, y la larga lista de derechos que han sido analizados estadísticamente por reconocidas instituciones (UNICEF; ODSA, etc.)
En conclusión, lo que tenemos son números concretos (podríamos calificarlos de alarmantes), por un lado y por el otro la larga lista de normativas, regulaciones internacionales, nacionales y jurisdiccionales, que rigen en el territorio nacional, y que en todas sus variantes exigen el efectivo cumplimiento de esos derechos consagrados, por lo tanto, podemos pensar que solo no resta preguntarnos ¿Qué estamos esperando para hacer algo?
Sabemos que no podemos esperar respuestas satisfactorias desde la gestión del gobierno nacional (cuyos datos son peores a los de la pandemia, caída de la actividad económica, recesión, caída del salario real, alta inflación, etc), y de un determinado sector de la oposición que sólo si deja de mirarse el ombligo pueda encontrar alguna respuesta favorable a este desafío llamado niñez.
Notas al pie:
- ODSA – UCA Trazando el camino: privaciones estructurales, avances y desafíos en los derechos de la infancia y adolescencia. Argentina 2010-2023. ↩︎
