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Venezuela en tensión: entre elecciones y crisis
Por Mariana Gómez – Abogada y Politóloga especialista en Internacionales
El pasado domingo 28 de julio se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela, los dos principales candidatos se expresaron en Nicolás Maduro – líder del Gran Polo Patriótico (GPP)- y por el costado opositor, en Edmundo González Urrutia- perteneciente a la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). En medio de un clima de suma tensión, con versiones cruzadas, acusaciones de hackeo, por un lado, y de fraude, por el otro; considero conveniente repasar una serie de antecedentes que condujeron a un escenario de crisis económica, social y política. Si bien en octubre del 2023, los Estados Unidos resolvieron levantar temporalmente las sanciones sobre el petróleo, gas y el oro que pesaban sobre Venezuela, el daño ya estaba hecho.
Luego del fallecimiento de Hugo Chávez el 5 de marzo de 2013, Nicolás Maduro Moros – quien era su vicepresidente-, fue quien asumió de manera interina la presidencia de Venezuela. El 14 de abril de ese mismo año se celebró una nueva elección que lo constituyó en presidente. Sin embargo, es necesario resaltar que la presidencia de Maduro estuvo signada por un conjunto de permanentes y complejos desafíos externos e internos que, si bien ya podían ser incipientemente percibidos durante el gobierno de Chávez, en esta nueva etapa se mostraron más exacerbadamente. Uno de ellos, perteneciente al contexto internacional, es la cuestión del precio internacional del barril de petróleo. A partir del año 2012 comenzó un proceso de continuo descenso de los índices de precios, que con el correr del tiempo se fue acentuando 1. El llamativo descenso del precio del principal recurso exportable vino acompañado de la merma en el ingreso de divisas, lo que terminó de complicar el escenario general venezolano. Repercutiendo negativamente en la recaudación estatal, ésto no solo afectó en la capacidad de importación de bienes de consumo y capital sino que, además, el rol social que el Estado por más de una década había decidido desarrollar, ahora se encontraba siendo desafiado.
Las dificultades no provinieron solamente del ámbito internacional. En este sentido, los enemigos nativos y extranjeros al “régimen”, aprovechando la vulnerable situación del modelo de desarrollo económico y social -el cual, como ya hemos descrito, era sumamente dependiente de los ingresos provenientes de la exportación petrolera- no iban a desaprovechar el contexto. El desabastecimiento programado, la inflación inducida, el boicot en el suministro2, el embargo comercial encubierto3, y el bloqueo internacional fueron las armas económicas que la oposición en términos amplios, ideológicos utilizó en la búsqueda de hacerle jaque al gobierno. Otra arista de la guerra económica y financiera encubierta contra Venezuela consistió en el bloqueo financiero internacional. Aquí, la manipulación realizada desde las élites financieras pasó por el establecimiento para Venezuela de un alto nivel de riesgo país, el cual no es coherente con la realidad económica. A partir del escollo, riesgo país alto, lo que lograron es alejar las inversiones, así como también complicar el acceso al crédito internacional y/o el encarecimiento de los intereses4.
Tensiones al norte
Durante el mandato de Maduro la relación bilateral con los Estados Unidos no gozó de buena salud. Muy por el contrario, estuvo signada por la continuación de las intervenciones en los asuntos internos de Venezuela, los problemas diplomáticos y las fuertes acusaciones. Porque cuando de política exterior se trata los intercambios en la Presidencia entre demócratas y republicanos no suelen repercutir en los grandes lineamientos. Según Nicolás Maduro, teniendo en cuenta varias de sus declaraciones públicas, quien se encontraba detrás de los golpes económicos y del fogoneo a la oposición política al interior de Venezuela, con el único objetivo de desestabilizarlo, era su par de la Casa Blanca. Otro motivo de discordia con Washington fue la declaración ejecutiva, de marzo del año 2015, ordenada por el premio Nobel de la paz, la cual pasó a considerar a Venezuela como una “amenaza para la seguridad de Estados Unidos”5.
Cuando creían que nadie podía ser peor que Obama, llegó Trump. Habiendo asumido la Presidencia a principios del año 2017, en agosto del 2019 decidió avanzar más duramente sobre la nación venezolana, resolviendo bloquear totalmente su economía. Los argumentos eran similares: la ilegitimidad del gobierno de Maduro y la necesidad de apoyar la “causa de la libertad”. En concreto, el bloqueo económico implicaba la aplicación de sanciones a las ventas de petróleo venezolano a los EE.UU., el congelamiento de los activos de la empresa filial de PDVSA, situada en Texas (Citgo ), y la persecución a través de los mares de aquellos barcos que lleven gasolina a Venezuela y trasladan crudo para su refinamiento y venta en el mundo6.
Teniendo en cuenta la gran dependencia de la economía venezolana hacia el sector externo, y que su principal producto exportable, es decir, por el cual ingresa la mayor parte de las divisas necesarias para la importación -consideremos también que la mayoría de los bienes consumidos en el mercado venezolano son provenientes del exterior-, provienen del petróleo, podemos comprender la gran crisis a la cual condujo esta brutal guerra económica. Consciente de la debilidad del modelo de desarrollo venezolano, con esta medida lo que buscó el gobierno de Trump es directamente ahogar financieramente a Venezuela, forzando desde el extranjero un cambio de gobierno7. En medio de la pandemia mundial del Covid 19, EE.UU. continuó el bloqueo económico y financiero, violó la soberanía venezolana a través de sus buques, y aprovechó la situación para realizar operaciones encubiertas (el 3 de mayo último un intento fallido de incursión marítima armada contra Venezuela tuvo lugar)8.
En este sentido, quiero señalar que, uno puede estar de acuerdo o no con los valores sostenidos o con el modelo constitucional, estatal, económico y social elegido e implementado por la nación venezolana. Incluso, podemos advertir la debilidad de su modelo económico -aunque en esto debemos incluir en mayor o menor medida a la totalidad de los países latinoamericanos- pues, a pesar de los intentos de lograr mayor autonomía, continúa siendo fuertemente dependiente hacia el sector externo. Pero también debemos tener en cuenta que no existe razón alguna que justifique la violación de la soberanía o del derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Notas al pie:
- La más drástica caída tuvo lugar durante el tránsito del año 2014 al 2015. Con un descenso comparado del 50%, el precio internacional pasó de 88,42 en el 2014 a 44,65 dólares por barril para el 2015. Sin embargo, el piso todavía no había sido rozado; para el año 2016 el precio promedio del barril de petróleo se establecía en 24, 91 dólares (Curcio Curcio, 2017, p.202).
↩︎ - Curcio Curcio (2017) en su libro La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela, se dedica a exhibir, a partir de argumentos y datos económicos, las deliberadas intervenciones que los enemigos del sistema socialista en Venezuela realizaron sobre el mercado. La autora demuestra cómo, a partir de una decisión meditada por ciertos grupos de poder, se resolvió el desabastecimiento de productos vitales para la población y el mercado venezolano. La idea que sostiene la autora es que, la estrategia del boicot en el suministro -es decir, la alteración de los mecanismos de distribución y suministro de los bienes más necesario- si bien comenzó a ejecutarse desde el año 2003 – ésto en esa etapa se hacía de manera eventual, esporádica. Es a partir del año 2013 que este mecanismo se va desplegar con mayor sincronización, simultaneidad y abarcamiento de un mayor número de productos (Curcio Curcio, 2017, p. 84 y 93).
↩︎ - Otra estrategia utilizada por estos círculos de poder político y económico, nacionales e internacionales, complementaria a la que describimos anteriormente, es el embargo comercial encubierto. Desde mediados del año 2012, tanto medicamentos como productos de higiene personal y de hogar, comenzaron a ser insuficientes para la demanda existente en el mercado venezolano. Teniendo en cuenta que, la importación y abastecimiento de este tipo de productos se encuentra en manos de empresas privadas, principalmente transnacionales, las cuales son responsables de este negocio, que el Estado venezolano ha otorgado y otorga las divisas necesarias para solventar las compras en el exterior de estos bienes, incluso incrementado las cantidades asignadas, y que los altos niveles de importación de este tipo de productos no se corresponde con los niveles de la escasez en los mercados, es que Curcio Curcio deduce de ello que, una vez más, la manipulación y escasez de oferta es provocada intencionalmente (2017, p.110).
↩︎ - Curcio Curcio (2017) concluye que, dentro de un contexto de merma en los ingresos de divisas debido a la baja de los precios internacionales del petróleo, la manipulación de los índices del riesgo-país tiene como objetivo principal el terminar provocando un alejamiento de Venezuela de los sistemas financieros tradicionales, con la intención que termine cediendo y cayendo en el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pues el FMI, si bien ofrece un acceso más fácil al crédito en comparación al circuito tradicional, exige como contraprestación, además del retorno de lo prestado más intereses, todo un paquetes de medidas de tinte neoliberal y condicionamientos políticos y económicos que, finalmente, resultan en la destrucción de todo aquello que los estados y sus pueblos hayan logrado mejorar en términos de la protección de los derechos económicos y sociales (p.132). ↩︎
- Explayándose en las razones que motivaban tal declaración, en comunicado emitido por el mismo gobierno norteamericano, se señalaba: «Estamos comprometidos por hacer avanzar el respeto por los derechos humanos, al proteger las instituciones democráticas y el sistema financiero de EE. UU. de los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela”
↩︎ - Si bien en Venezuela existen otras refinerías de petróleo (refinería de Amuay, en Península de Paraguaná; El Palito, en Carabobo; Puerto La Cruz en Anzoátegui), las mismas precisan para su desarrollo de aditivos químicos, catalizadores, entre otras tecnologías que se importaban desde los EE.UU, y que gracias al bloqueo aplicado dejaron de llegar.
↩︎ - A esta actitud, hay que sumarle la inaudita baja del precio internacional del petróleo. Con la llegada de la pandemia, cayó abruptamente la economía mundial, y el consumo del crudo. Habiendo una sobresaturación de petróleo en el mercado, por primera vez en la historia, éste no vale nada, incluso llegando a niveles de bajo 0.
↩︎ - Luego de este atropello a su soberanía, Venezuela decidió denunciar ante el Consejo de Seguridad de la ONU que, Colombia y EE.UU. organizaron, entrenaron y financiaron a estos grupos armados. Al mismo tiempo, Nicolás Maduro señaló que el objetivo final de la frustrada incursión era asesinarlo a él y a importantes funcionarios del gobierno (Nicolás Maduro, entrevistado en vivo por Jorge Gestoso el 7 de mayo del corriente año, por Telesur).
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